Philippe Pétain
(Cauchy-à-la-Tour, Francia, 1856-isla de Yeu, id., 1951) Militar y político francés. Realizó sus estudios militares en la Academia de Saint Cyr, en la que se graduó en 1878 como oficial de Infantería. No destacó demasiado en su carrera al principio y estuvo dedicado, desde 1906, a impartir clases en la École de Guerre. A través de sus lecciones se mostró favorable a los despliegues tácticos defensivos y al desarrollo de las líneas fortificadas.
Ascendido a coronel en 1912, poco después de estallar la Primera Guerra Mundial alcanzó el generalato. Al frente del II Ejército francés intervino en la victoria de Champaña, en septiembre de 1915, y al año siguiente en la defensa de Verdún. La forma en que dirigió las operaciones militares de esta larga batalla, que duró diez meses, le granjeó el respeto y la admiración de sus compatriotas.
Merced a ello, cuando meses más tarde el descontento y desánimo de las tropas desembocó en una serie de motines, fue designado comandante en jefe del ejército en sustitución de Robert-Georges Nivelle, que había fracasado en la ofensiva del Chemin des Dames. Mejoró las condiciones de vida de los soldados, aunque reprimió con dureza a los amotinados, reorganizó la institución y devolvió la confianza a las tropas.
Hasta el final de la guerra mantuvo este cargo, si bien desde abril de 1918 quedó a las órdenes del general Ferdinand Foch, cuando éste, que era su jefe de Estado Mayor, fue designado por los aliados generalísimo supremo de los ejércitos del frente occidental que detuvieron la última ofensiva alemana y protagonizaron la contraofensiva que llevó al armisticio. A finales de año, Pétain recibió el bastón de mariscal.
No volvió a entrar en acción hasta 1925, cuando fue enviado a Marruecos para combatir al rifeño Abd el-Krim, a quien sometió al año siguiente. En años sucesivos desempeñó los cargos de inspector general del Ejército, ministro de Guerra con el gobierno de Doumergue y, en 1939, embajador en la España de Franco. Tras la derrota sufrida en mayo de 1940 por el ejército francés frente al alemán, fue designado ministro de Estado y vicepresidente del consejo de ministros del gobierno de Paul Reynaud.
Al dimitir éste se hizo cargo de la presidencia y le correspondió negociar el armisticio con los alemanes. Se reunió así mismo con Hitler en Montoire y acordó con él un régimen de mutua colaboración. Trasladó la capital a Vichy y la Asamblea le dio plenos poderes para gobernar la Francia no ocupada bajo el lema «Trabajo, familia, patria», que expresaba su intención de regenerar el país de su «decadencia moral». Poco después de la derrota, contó con el apoyo de la mayor parte de la población, convencida de que había salvado Francia de la destrucción total.
Sin embargo, los llamamientos de De Gaulle a la resistencia primero y más tarde la ocupación alemana de todo el país lo dejaron en evidencia. Aceptó convertirse en policía de los invasores, adoptó una actitud pasiva frente a las deportaciones de judíos y apoyó la legión antisoviética gala que combatió con uniforme alemán en el frente ruso. Tras el desembarco aliado de Normandía y su posterior ofensiva, siguió al ejército germano en su retirada al otro lado del Rin.
Se refugió en Suiza y allí permaneció hasta que en 1945 se entregó a las autoridades francesas. Acusado de alta traición, fue juzgado y condenado a muerte. Sin embargo, el general De Gaulle, en consideración a su pasado como héroe de la Primera Guerra Mundial y a su avanzada edad, le conmutó la pena por la de cadena perpetua en reclusión en la isla de Yeu.
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