Mustafá Kemal
Militar y político, fundador de la Turquía moderna (Salónica, 1881 - Estambul, 1938). Desde los inicios de su carrera militar se mostró opuesto a las tendencias absolutistas del sultán Abdul Hamid II. Para combatirlas, en 1905 creó en Damasco una sociedad militar secreta, de la cual nacería la organización de los Jóvenes Turcos, opuestos al mismo tiempo a los rasgos arcaicos del Imperio Otomano y a la continua intromisión en el mismo de potencias extranjeras. Participó con Enver Pachá y los Jóvenes Turcos en el golpe de Salónica de 1908, que consiguió el restablecimiento de la Constitución y, un año más tarde, la deposición del sultán y su sustitución por Mehmet V. Kemal; combatió en la Guerra de Libia (1911-12) y en la Primera Guerra Mundial (1914-18).
Mustafá Kemal
Al terminar ésta con la derrota otomana y desmembrarse el Imperio, Kemal abandonó el Ejército; pero no sufrió represalias, a diferencia de otros generales, debido a las diferencias que había mantenido tanto con los militares alemanes como con los panislamistas que lideraba Enver Pachá. Incluso fue comisionado por el sultán para reprimir los desórdenes de la zona del mar Negro (1919).
Pero las negociaciones de paz con los aliados avanzaban hacia un recorte territorial drástico de Turquía, que Kemal no estaba dispuesto a admitir. Apoyándose en las tropas bajo su mando, se dirigió a Anatolia central y puso en marcha una sublevación nacionalista contra el sultán y contra el Tratado de Sèvres (1919-20). Estableció un gobierno propio en Ankara (adonde luego trasladaría la capital), abolió la monarquía y sostuvo una larga lucha hasta hacerse con el control del país, sometiendo a los kurdos, derrotando a italianos y franceses y expulsando a los griegos de Asia Menor (1922).
En 1923 el Tratado de Lausana reconoció a la República de Turquía fundada por Kemal como el Estado nacional independiente que ha seguido siendo hasta nuestros días. En aquel mismo año, Kemal fue elegido presidente, cargo que mantuvo hasta su muerte y que ejerció de modo autoritario.
Durante 25 años modernizó el país y le devolvió un lugar en la escena internacional, para lo cual hubo de vencer múltiples resistencias, especialmente la de los islamistas (insurrección del Kurdistán, 1925). Creó un Estado laico de corte occidental, emancipó a las mujeres, adoptó el Derecho europeo y trató de imponer modelos culturales occidentales en el vestido, las costumbres y la escritura (alfabeto latino y cifras arábigas).
También impulsó la construcción de una red de transportes que garantizara la cohesión nacional, e impulsó un cierto crecimiento industrial. Jugando la baza del equilibrio entre Rusia y las potencias occidentales, acabó por conseguir el pleno control turco del Bósforo (Acuerdos de Montreux, 1936). Con todo ello puso las bases para el resurgimiento de Turquía de las cenizas del Imperio Otomano, por lo que recibió el apelativo de Attatürk o padre de los turcos.
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