jueves, 28 de mayo de 2015

YOSUO FUKUDA

Yasuo Fukuda

(Takasaki, 1936) Político japonés que fue primer ministro de su país entre 2007 y 2008. Yasuo Fukuda nació en una familia vinculada a la política: era hijo primogénito del político conservador Takeo Fukuda (1905-1995), funcionario del Ministerio de Hacienda imperial desde 1929 hasta 1950 y primer ministro entre 1976 y 1978, que pasaría a la historia como impulsor y firmante del tratado de paz y amistad con China (1978) que puso fin al estado de guerra entre ambos países.
Estudió en la Facultad de Ciencias Políticas y Economía de la prestigiosa Universidad de Waseda, en Tokio, por la que se licenció en 1959, e inmediatamente empezó a trabajar en la compañía petrolera Maruzen Petroleum, actualmente incorporada a la Cosmo Oil Company, en la que recorrió metódicamente todo el escalafón de unsalaryman, típico ejecutivo japonés. Residió en Estados Unidos de 1962 a 1964.

                                             Yasuo Fukuda
Inició su carrera política dentro de la élite del conservador Partido Liberal Demócrata de Japón (PLD), coincidiendo con el nombramiento de su padre como primer ministro (noviembre de 1976), del que fue secretario, primero en la Cámara de Representantes (Cámara baja del Parlamento) y luego en la jefatura del gobierno, hasta diciembre de 1978. Entre 1978 y 1989 fue director del Instituto Financiero Kinzai para Asuntos Exteriores.
Elegido miembro de la Cámara de Representantes por vez primera en febrero de 1990 (por el PLD, en el distrito de Gunma), desde entonces sería reelegido sin interrupción. Fue director del Comité parlamentario de Asuntos Exteriores (junio de 1992-octubre de 1999), viceministro del mismo ramo para las relaciones con el Parlamento (1995-1996), director del Departamento de Asuntos Exteriores del partido (1995-1997), vicesecretario del partido y jefe de gabinete del primer ministro Yoshiro Mori, cargo que equivale al de secretario y portavoz del gobierno.
Mantuvo su destacada posición con el primer ministro Junichiro Koizumi (desde abril de 2001), y dimitió el 7 de mayo de 2004 como consecuencia de un gran escándalo político relacionado con la gestión corrompida del sistema de pensiones. El hecho más destacable de su biografía política es que batió el récord de longevidad como portavoz del gobierno (tres años y medio), tribuna desde la que desplegó sus mejores dotes de negociador entre las diversas facciones del PLD.
En junio de 2003 fue acusado por una revista de haber proferido comentarios sexistas, supuestamente justificadores de la violación, durante una conversación off the record con periodistas. El problema quedó zanjado luego de una comparecencia en la comisión parlamentaria correspondiente, en la que aseguró que la publicación había distorsionado sus palabras y que la violación le había parecido siempre “un acto criminal y un crimen atroz”. En 2005 fue designado presidente de la comisión parlamentaria encargada de la revisión constitucional, finalmente frustrada, al tiempo que ascendía en el escalafón del PLD hasta integrarse en su Consejo General en 2006.
Su nombre sonó en septiembre de 2006 entre los probables sucesores de Koizumi, pero finalmente el elegido como líder del PLD y primer ministro fue Shinzo Abe, mucho más joven e impulsor de un programa de reforma para sacar al país del marasmo económico. No obstante, Fukuda encabezó la protesta de 134 diputados contra la visita del primer ministro al santuario de Yasukuni, lugar altamente simbólico donde están enterrados los caídos en la guerra de 1941-1945, incluidos algunos militares que fueron convictos de crímenes de guerra.
En razón de la derrota histórica del PLD en las elecciones senatoriales de julio de 2007, derivada de los escándalos de corrupción de algunos ministros, seguida por la sorprendente dimisión de Abe como primer ministro, el 12 de septiembre, Fukuda apareció de nuevo como figura de compromiso capaz de rehacer el consenso entre las diversas facciones del partido y buscar el concierto con una oposición envalentonada. Respaldado por las principales corrientes del PLD, incluida la más numerosa, encabezada por Nobutaka Machimura, que era ministro de Asuntos Exteriores, Fukuda fue elegido presidente del partido por el Consejo General el 23 de septiembre, al obtener 330 votos, mientras que su único contrincante, Taro Aso, logró 197.
Como requiere la tradición, el 25 de septiembre el presidente del PLD fue elegido primer ministro por la Cámara de Representantes, en la que el partido dispone de mayoría absoluta y donde recibió 338 votos, casi cien más de los necesarios. La Cámara de Consejeros (Senado), en la que el PLD perdió la mayoría en julio, eligió para el cargo a Ichiro Ozawa, líder del Partido Democrático. Según el artículo 67 de la Constitución, la elección de la Cámara baja prevalece sobre la del Senado.

Fukuda formó un gobierno continuista que prestó juramento ante el emperador Akihito el 26 de septiembre. El jefe del grupo de presión más importante del PLD, Nobutaka Machimura, fue designado portavoz del gobierno, Masahito Komura asumió la cartera de Asuntos Exteriores, y Fukushiro Nukaga, la de Hacienda.
Al elegir a Fukuda, la pesada maquinaria del PLD resolvió con un político moderado y flexible, menos neoliberal que sus predecesores, pero de firmes convicciones, la última crisis interna, pero en su primera conferencia de prensa Fukuda formuló un reconocimiento de debilidad sin precedentes al advertir a sus correligionarios que podrían perder el control del gobierno “si cometen un solo error”, casi en la misma hora en que el líder del Partido Democrático, Ichiro Ozawa, renovaba su llamamiento para la convocatoria de elecciones generales anticipadas (la legislatura no expiraba hasta 2009). Fukuda admitió que su gabinete se encontraba “contra la pared” después de una severa derrota electoral y el descontento de la opinión pública ante la corrupción endémica que sacudía periódicamente las estructuras envejecidas, si no anquilosadas, del PLD.
Frente al nacionalista Shinzo Abe, su predecesor, Fukuda no tenía previsto proseguir con la revisión constitucional para eliminar los preceptos pacifistas que impedían una acción exterior más comprometida. Insistió en que no visitaría el santuario de Yasukuni y condenó sin paliativos el militarismo nipón. Aunque con reputación de paloma en cuestiones internacionales, dispuesto a seguir la estela de su padre en la mejora de relaciones con China e incluso con la República Democrática Popular de Corea, estaba a favor de mantener la misión naval en el Océano Índico para apoyar a la flota estadounidense en su esfuerzo de guerra en Afganistán.
De acuerdo con la opinión reflejada en las encuestas, que demandaba un primer ministro “negociador”, la nueva orientación política dialogante estaba asegurada. En cuestiones internas, Fukuda expresó la ritual condena de la corrupción, se comprometió a restañar las heridas en el PLD y prometió renovar el debate sobre si una mujer puede ascender al trono del crisantemo. Los medios económicos temían, sin embargo, que la nueva situación paralizase las reformas económicas emprendidas por Koizumi y Abe para sacar al país del estancamiento.
El nuevo gobierno anunció en su programa que se proponía corregir las crecientes disparidades sociales, lo que equivalía a prometer una generosa distribución de subvenciones que previsiblemente coincidiría con el inicio de la campaña electoral. También se empeñaría en corregir las políticas neoliberales de sus dos predecesores que provocaron el declive de la economía regional, los recortes en la protección social y la extensión del empleo precario. Sin embargo, pocas iban a ser las realizaciones de su gobierno: en septiembre de 2008, apenas un año después de su toma de posesión, Fukuda presentó su dimisión de forma inesperada; la fuerza de una oposición insidiosa, las disensiones en el partido y la sensible pérdida de popularidad a consecuencia de un nuevo plan médico motivaron su renuncia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario